lunes, julio 31

Últimas noticias

Pues nada, que llama mi sobrina para avisar que el mentado Fidel acaba de delegar el poder a su hermano Raúl. Está cañón, dice Titi, tenemos que juntarnos...

La del petróleo

Mónica me recordó el asunto del petróleo. A pesar de que mi disco duro es un caos, lo encontré:

El fin del mundo

Las reuniones familiares se han tornado apocalípticas. Se habla de las predicciones de uno de mis hermanos, quien tiene meses investigando acerca del problema del petróleo. Que se agotaron las reservas, que en Irak los gringos no encontraron lo que esperaban y que en Irán el crudo está muy peleado. En caso de que encontraran petróleo en Irán, dicen que dijo mi hermano, eso sólo aplazaría el derrumbe. Aseguran que la gran crisis es para dentro de 5 años. Se dice que mi hermano dice que la economía mundial se colapsará. Se hacen planes de comprar un ranchito con pozo de agua.

--El que quiera viajar tiene que hacerlo ahora mismo -–aconseja mi hermana--, porque después, en carreta, va a resultar mucho más difícil.
--¿Y ya no vamos a ir de compras a los moles? -–pregunta mi sobrina Debby, de 10 años, alarmada.
--Claro que no -–responde mi hermana--, ¿no te das cuenta de que no va a haber luz ni aire acondicionado?

Mi sobrina se levanta de la mesa y, tomando el teléfono, llama de larga distancia a su papá, que está en Ciudad Juárez.

--Dicen que se va a acabar el petróleo y que ya no voy a poder ir a los moles a comprar ropa -–le dice, a punto de llorar.

Escucha la explicación del papá y sonríe hacia la reunión con cara de que nos acaba de ganar la guerra.

--¿Qué te dijo? –le pregunto, apenas vuelve a la mesa.
--Dice que no me preocupe, que puedo pedir la ropa por internet y me la llevan a la casa.

Estoy a punto de explicarle que, de suceder una catástrofe de ese tamaño, se caería el internet y el dinero no servirá para nada, pero me contengo.

--Esto de la crisis energética es terrible -–murmura mi hermana-: no voy a poder ir al gimnasio.
--Por lo pronto, estás muy bonita –le dice mi mamá--, yo me tomaría unas fotos.

Mi cuñada Anita tiene ya un buen rato mirándome.

--Vas a tener que acostumbrarte a leer de día -–me dice--, no voy a permitir que te acabes las velas de todos.

domingo, julio 30

La Revolución en la casa

Todo empezó cuando las mujeres de la familia llegaron a mi casa por sorpresa (estábamos en piyamas) y el Andy se puso a platicarles de Cuba. Mi mamá (calderonista bastante cerrada e inconsciente) era la oposición, ya que tanto mi hermana (que vende muebles gringos) y mi sobrina (que estudia en la Universidad de Texas en el Paso, la famosa yutep), como la mayor parte de la familia, aseguran ser de izquierda.
El caso es que el Andy y yo teníamos a la mayoría de nuestra parte. Cuando mi mamá estaba ya demasiado enojada, y el resto de la concurrencia hablaba apasionadamente sobre la equidad, la justicia social, el humanismo, etcétera, llegó mi hermano Héctor Dino quién, a pesar de ser, dice él, un simpatizante de izquierda muy convencido, odia a Fidel. Y Pache, a quien, según aseguran los revolucionarios de la familia, le están lavando el cerebro en el Tontológico.
Empezaron los gritos.
Que si Fidel traicionó a la Revolución, que si pisotea los derechos humanos, que si no estábamos hablando de eso, sino de la pasión y el idealismo, que si Fidel corrió al Che de Cuba y lo mandó pal África, que si no estábamos hablando de eso, sino de la injusticia y los pobres del mundo, que el imperialismo, que hay que frenar a los gringos, pero pinche Fidel asesino, etcétera.
Cuando los ánimos estaban ya muy caldeados, abrieron mi botella de ron cubano y se empezaron a fumar mis puros. Después, todos se fueron muy contentos. Todavía en el estacionamiento gritaban: Viva el Tío Sam (unos), son unos cochinos burgueses (otros), etcétera.
Mi casa, pequeño depa de escritora de izquierda medio rosita, quedó hecha un caos.

Un cachito de paz

Sábado de películas con la Jojo, quesito, aceitunas. Después tirarnos a leer cada quién su libro. A veces los regaños hacen bien, te ponen en orden. Ajum.

sábado, julio 29

Despedida

Estábamos en la banqueta y yo le hablaba al oído. Por la calle avanzaba una marea de gente. Olas alcoholizadas en el océano de la noche. Ya me voy, dije, y detuve un taxi. Parece Navidad, comentó él, al tiempo que me abría la puerta. A través de la ventanilla vi su sonrisa, esa manera tan familiar con que levanta la mano en señal de despedida. ¿Por qué hay tanta gente en la calle?, preguntó el chofer del taxi. Viene la policía, respondí. Allá, en la banqueta, él se iba haciendo chiquito.

viernes, julio 28

Mejor hay que bailar

He intentado escribir todo el día y no puedo. Marijose pone, a todo volumen, una y otra vez, la misma canción. Y me dan ganas de bailar. Es de Bebé, se llama "Ella" y está en el álbum "Pafuera telarañas". Dice más o menos así:
Ella se ha cansado de tirar la toalla, se va quitando poco a poco telarañas. No ha dormido esta noche, pero no está cansada. No ha mirado ningún espejo, pero se siente toda guapa. Hoy es una mujer que se da cuenta de su alma, etcétera.
Estos niños regresaron con ambiente de fiesta. Aunque el Andy se queda muy serio de repente y empieza con que va a regresar allá muy pronto y que no es nada agradable "volver al capitalismo". ¿Lo consuelo?, me pregunto, ¿pero cómo? Auch.
El cubano Eliseo Alberto tiene una frase que me encanta: "Por algo tenemos el corazón a la izquierda". Claro que hay algunos que piensan que ésas son cosas de hombres y por eso no les gusta la "izquierda rosita" de Patricia Mercado. Allá ellos con sus prejuicios patriarcales.
Bueno, ya, a escribir (¿y que estás haciendo entonces?). Usté cállese (okey).

Cant help it

Me encantan las cartas sin sentido de dirección.

El regreso de los aliens (cuento)

Plaza de la Revolución
Se trata de un cuento muy interesante en el que unos aliens se fueron a Cuba y bailaron “casino” y se emocionaron hasta las lágrimas en la Plaza de la Revolución. También se tostaron la piel en Varadero y volvieron a bailar “casino” y conocieron a unos cubanos muy alegres, porque todos en la Isla se traen un ambientazo. Mientras tanto, la del cuento estaba muy feliz en su casa, comiendo cochinadas y viendo la televisión. Cuando ya mero se acaba la historia es cuando regresan y sacan mugrero y medio de sus maletas y le regalan a la del cuento un Cohiba, para que se lo fume mientras le platican que se sintieron raros en La Habana, donde no hay panorámicos ni nada de ese tipo. La del cuento no pudo ver su programa favorito esta noche. Se supone que está muy contenta porque regresaron los aliens. Fin, ahí se acaba la historia. ¡Patria y Revolución!

martes, julio 25

Humilde comentario de "la que escribe"

Debo agradecer a Eliot sus exigencias. Que alguien te lea y se interese en que lo leas es ya una suerte. Que sea posible una reflexión en común, a partir de un tema y a través del diálogo, es ya un milagro.
Los ensayos de Eliot demandan realizar un gran esfuerzo. En primer lugar, por su complejidad (siempre interesante), pero sobre todo por el hecho de que yo no soy filósofa (aunque sí una fan del pensamiento y las ideas). Si a eso agregamos que los textos están escritos en inglés, la lectura se convierte en un reto y quizá por ello resulta doblemente enriquecedora.
Casualmente, el ensayo que me acaba de enviar es sobre la lectura y consiste, justamente, en una lectura filosófica de “If on a Winter’s Night a Traveler”, de Calvino. Como, también casualmente, estoy escribiendo un texto basado en la lectura de ciertos hechos de mi vida y sus personajes, una especie de ejercicio en el cual pongo estos elementos personales en la mesa y enseguida los leo como si en realidad hiciera la lectura del Tarot, me gustaría hacer un comentario basado en mi experiencia de lectura-escritura del momento.
Cuando E habla, entre otras cosas, de la experiencia de la ficción en la novela de Calvino, coloca al lector como un testigo invisible hacia el cual la narrativa está dirigida. Este lector también es testigo de las oscilaciones entre personaje y personaje (recordemos que en esta novela los personajes narran historias), entre narrador y personaje, lector y personaje y, finalmente, en otro nivel, entre lector y autor.
Mi comentario al respecto es que la relación entre autor y lector, además de las complejidades que señala E, todos esos niveles entre personajes, narradores, lector, etc., presenta una complejidad más: la de las constantes lecturas que hace el yo que escribe acerca de su propio material de escritura, y el diálogo que se establece entre el yo narrador y el yo que escribe, dinámicas que difícilmente podría yo identificar con el término “autor”. O sea: me parece que hablar de un “autor” es complicado. Mi experiencia de escritura es la de constantes desdoblamientos entre el yo que escribe, el que habla en el texto y las lecturas que realizan constantemente ambos, en diálogo, en relación al acto de escritura y al texto mismo. En fin, es sólo un comentario, no soy filósofa.

Posdata para E: Me encantó lo que citas del estudio de Klossowski sobre Nietzsche, cuando define el simulacro como “la reproducción voluntaria de fantasmas involuntarios”. ¿Con qué mejores palabras podría alguien referirse al acto de escritura?, me pregunto.
Excelente ensayo, dear Eliot.

sábado, julio 22

Arte efímero

¿Servirá de algo esto de leer novelas, o escribirlas, o ver películas y después escenificarlas? El jueves me emperré en construir un performance en el que reproducía una secuencia de un baile en una peli. No, decía, así no era como bailaban. Y volvíamos a empezar. Divertido, mágico. El caso es que terminé reproduciendo la película completa, al tiempo que contaba mi propia versión sufridora a un amigo por Messenger (pobre). Claro que no me di cuenta de esto último en el momento, sino hoy. Narradora al fin…
Hace años me llamó un amigo que ahora, casualmente, es cineasta y me dijo: “acabo de ir a ver una película china que tenemos que ver juntos. Hacen lo mismo que nosotros, se ponen a actuar historias y películas, sufren mucho y al final todo acaba en tragedia”. Fuimos a verla y nos reímos mucho de nosotros mismos.
Otra cosa que inventé hace años fue “la semana de colores”. Se trataba de que el primer día teníamos que vestirnos de rojo, por ejemplo, escribíamos un poema con el tema del rojo, pintábamos algo de rojo, comíamos puras cosas rojas y sentíamos en rojo. Para esto último, teníamos que construir vivencias hasta lograr el color en las emociones. Al otro día era azul, al otro verde y así toda la semana. Jugar a ese tipo de arte efímero es peligroso, una termina perdiendo a sus amigos. Afortunadamente nos dimos cuenta y cancelamos desde el principio. Pero está el gusanito de hacerlo alguna vez en la vida.
Eso de que tu propio cuerpo y tus emociones y tu entorno sean la materia prima de una obra que ni va a durar se parece demasiado al teatro, ya sé. Y es bellísimo.
Trabajar directamente con materiales de ficción es peligroso, jugar con ellos es ya suicida y, sin embargo, delicioso, doloroso, inevitable (esto último, porque generalmente ni cuenta te das). Los actores son peores a la hora de mezclar realidad y ficción. Ese es mi consuelo.
Bueno, ya.

È un macaco senza storia, la, la, la...

Literespacio / Amores fallidos
Dulce María González
El Norte
5x2

Los seres humanos somos así. Estamos hechos para sacar adelante al mundo. Seamos conscientes de ello o no, a través de nuestro trabajo contribuimos a la constante, interminable, construcción de la cultura: creamos novelas, poemas, carreteras, edificios...
Un buen día, a partir de un golpe emocional, salen a flote nuestras necesidades más primarias. Entonces recordamos que era precisamente eso (el amor, el deseo) lo que sostenía nuestra labor en el mundo, la cual parecía avanzar sin tomar en cuenta nuestras emociones profundas.
El problema, al menos para Occidente, es que hay una especie de cortocircuito entre la idea que tenemos del amor, lo que esperamos de él, y nuestras necesidades y posibilidades reales. Y lo peor es que nosotros mismos, al intentar amar, al buscar el afecto de los otros o al reflexionar sobre nuestras emociones, somos producto de esa falla histórica.
En "5 x 2" (2004), su más reciente película, Francois Ozon muestra las pequeñas fracturas que, desde el inicio, provocan que una relación se derrumbe.La preocupación de Ozon por el cuerpo y la subjetividad humana se presentan en este filme a través de cinco momentos en la historia de una pareja, los cuales avanzan de manera inversa: empezando por el divorcio y finalizando en el momento del enamoramiento.
Los motivos específicos, sutiles, casi imperceptibles que llevan a esta pareja a fracasar constituyen pequeñas fallas a través de las cuales Ozon logra mostrar la gran fractura de nuestro modelo de amor. El tema, entonces, no es el amor precisamente, sino su error.
En una de las primeras secuencias del filme, misma que provoca que la mitad de los espectadores, regiomontanos al fin, salgan de la sala (de esto pude ser testigo tanto en la Cineteca como en salas comerciales), la pareja hace el amor inmediatamente después de escuchar la sentencia de divorcio.
Los cuerpos, descuidados, desgastados, degradados (de eso nos damos cuenta al final de la película y principio de la historia, momento en que los cuerpos son hermosos) se unen con ferocidad. Sin embargo, hay una distancia emocional entre los protagonistas, que se han convertido en extraños.
En contradicción con lo anterior, al inicio de la historia los cuerpos están separados uno del otro, no se pueden tocar (él está comprometido con otra mujer), pero interiormente los personajes están fuertemente unidos por el deseo.
El caso es que el amor completo, la comunión de espíritu y cuerpo con (en) el otro, nunca se lleva a cabo. Y lo que se muestra en la película es, justamente, la distancia, esa falla que, desde "El Banquete" de Platón, separa tajantemente nuestros fragmentos.
Por su parte, la música, que consiste en canciones de la tradición italiana en las que se describe la banalidad ideal de nuestro modelo de amor, mismo que la película hace pedazos, subraya la distancia entre lo que se supone que debería ser una relación y lo que es en realidad.
"¡Qué hermosa película!", dije al final a nuestro poeta Óscar David López, quien una vez más me acompañó a ver lo de siempre y que unos días atrás, fan como yo del trabajo de Francois Ozon o quizá más, me había regalado una copia de la música.
"¿Cómo puedes decir eso?", me preguntó, tomando en cuenta el tema deprimente. Y entonces, quizá porque el arte se trata de eso, volvimos a disfrutar repasando la manera como Ozon maneja el lenguaje y los contenidos de tal manera, que logra decir lo que nunca dijo y sin embargo dijo: la imposibilidad.
El arte, lo sabemos, consiste en tejer palabras, imágenes, sonidos en torno a una ausencia, a algo que jamás podremos poseer. Y en ocasiones logramos que se vea esa ausencia, esa nada de nuestro deseo imposible. De ahí la belleza de la película.
¿Por qué nos empeñamos en querer y que nos quieran y, no conformes, ponemos pruebas, obstáculos?, ¿por qué nos inventamos fracasos, rechazos, amores imposibles?, ¿por qué pedimos amor a quien sabemos que no nos lo puede dar?, ¿no será que el amor es precisamente eso: un deseo sin respuesta que nos pone en movimiento y nos provoca crear, trabajar, vivir de una manera más plena en tanto buscamos lo que jamás obtendremos?
Quizá Francois Ozon acertó y al hablar de la falla, de la imposibilidad, pudo hablar mejor que nadie sobre el amor mismo. Con toda su carga de gozo, de angustia, de necesidad.

jueves, julio 20

Esta intensa, enorme, explosión que es la vida

a) Sufrir, gozar, ponernos contentos o tristes. He aquí nuestro día, el momento.

b) Me dice Óscar que deberíamos correr al narrador que traemos en la cabeza, ése que nos cuenta nuestra historia y la transforma. ¿Y cómo evitar esa manía mediática, la sensación de que te suceden la desgracia o la dicha sólo para que las escribas?

c) El soundtrack de “5 x 2” ha sido el aura alrededor de estos días intensos. El piano, esa voz grave describiendo la banalidad ideal del amor que la peli hace pedazos (“Avra più di quarantanni / e certi applausi ormai / son dovuti per amore”), las 5 escenas de relaciones fallidas. ¿Fallaron en realidad?, ¿que no se trataba de eso, de vivir y fallar? Qué peli tan, tan, tan increíblemente hermosa.

d) “Sapore di sale, sapore di mare” cuando peino el cabello de Marijose: húmedo animalito bajo el sol de la mañana. Y en el desayuno de los lunes: huevos con tocino y waffles, Óscar y Nancy narrando su fin de semana, las emociones al centro de la mesa, la ilusión de viajar juntos. Y Gera, esa magia de su voz en el escenario de La Tumba. Y Fer, sus brazos largos largos buscando la salsa de soya para el sushi de la Jojo. Y Andrés diciendo buenos días con música italiana de fondo y cafecito. Ah, mi gente.

e) Sí, ya sé, ando demasiado cursi-nietzscheana, ¡basta!

martes, julio 11

Y de regalo, una luna llena

¿Podré escribir en este estado?, me pregunté en la mañana.
Demasiadas emociones.
*
Hoy recordé a mi maestro y amigo Xorge (le decíamos Chorje). Una noche me llamó para citarme en una cantina de esas que dice Eliot: un escalón por debajo de todo. El día anterior él había salido del hospital y ambos sabíamos que eso era un break, sabíamos que se estaba muriendo. Traía unos regalos, envueltos y todo, que llevaría a otra cantina. Me explicó para quién eran y no entendí. Después de que platicamos un rato y tomamos un tequila, lo dejé a la puerta de ese otro lugar. Creo que fue la última vez que lo vi.
Lo que pienso ahora es que quería demasiado a alguien, lo suficiente como para dejar un regalo antes de irse. El lugar de entrega es siempre lo de menos.
“Ya me voy”, dijo esa noche en la cantina. “¿De Monterrey?”, pregunté estúpidamente. “No”, respondió, “me voy de aquí”; y señaló con su dedo índice la mesa.
Yo sigo en el planeta, extrañándolo.
*
La mejor manera de sobrevivir cuando cumples años y hay luna llena es moverte lo menos posible. Y regalar algo a los que quieres. En la mañana recibí un mensaje en el cel que decía “Feliz Navidad”. Claro, me dije, no hay por qué preocuparse. Además, ya tengo preparado el paquete de Santo Clós.
*
Faltaba algo por resolver: anoche había leído un guión hermoso que me provocó llorar durante horas. No podía dormir. No dormí. Chin, pensé, es un regalo. Llamé al autor en la mañana y le dije que es tan hermoso que no puedo con él, no sé dónde ponerlo. “Tú eres la del cumpleaños”, dijo “no deberías regalarme eso”. ¡Salvada!

lunes, julio 10

Correo weird

Me llega un mail que dice lo siguiente:
“Así es. Hace poco una mujer me preguntó que si yo sabía por qué había hombres que valían la pena y que tenían por pareja a mujeres que nada que ver, infieles, gorronas,picudas, exigentes, feas, etc. Por otro lado, había mujeres buenas personas y a parte bonitas a las que les tocaban hombres infieles, falsos, feos, irresponsables, etc. Yo le dije: Mira, Dios no junta al hombre bueno con la mujer buena, porque entonces ya estaría definida la línea etcétera, etcétera, etcétera y etcétera”.
Por dios, ¿Qué pretenden con esa ideología y, lo que es peor, con esos mails? Vaya intento de evangelización extravagante.

domingo, julio 9

Hoy: transparente como el agua

Una reunión con pintores es casi una experiencia mística. Se ponen a hablar de colores durante horas. ¿De qué color ves esta servilleta? Y a discutir.
Los pintores de anoche toman martinis y unas bebidas raras, brasileñas, traídas desde aquellas lejanas tierras por el cosmopolita Oswaldo.
Anoche hice una apología de la existencia single. Excepto los anfitriones, todos ahí éramos singles y tan felices. La diferencia con las reuniones de escritores es que aquí se platica rico (¡te escuchan!).
Cuando me hablaron para invitarme, me dijeron: “es una reunión para celebrar la vida”. Entonces sí voy, pensé, y recordé a otros pintores amargados que se la pasan quejándose. Desde mi punto de vista, los amargados son la excepción. Quizá lo digo porque a mí generalmente me da por ser positiva. Es mi debilidad. En fin.
El caso es que hoy desperté pensando en la importancia de los colores y de esas pláticas sin tanto sentido que digamos, pero que te provocan pensar que el mundo no es un lugar tan difícil ni tan complicado.
Los humanos somos simples en el fondo.
Basta con darnos cuenta.

sábado, julio 8

Sobre el Encuentro

Literespacio / Rebeldes en La Silla
Dulce María González
El Norte

Nada como un discurso apasionado de Leonardo da Jandra para arrancar el Segundo Encuentro de Escritores Jóvenes del Norte, Voces Convergentes en La Silla.
Más que a la gente soñadora, me da por admirar a quienes sostienen sus sueños. Y 27 años de vida en la selva, de existencia radical, de escritura que no se da por vencida, son la mejor carta de presentación de un escritor maduro que se dirige a los jóvenes. ¿Cómo no escuchar al exaltado Da Jandra?
Entre otras cosas, habló del Crack, la famosa literatura "emergente", de escritores como Volpi y Padilla, jóvenes envejecidos que le hacen el juego al mercado, escritores sin capacidad de rebeldía, aliados con el poder. Un escritor arriesgado se enfrenta al poder y rompe con las reglas, aseguró Da Jandra, y para ello tiene que dominarlas antes.
Disciplina, riesgo, capacidad de lucha y transformación a través de las letras; he ahí los componentes que propone Da Jandra para una literatura joven, comprometida con su tiempo. De ahí que la rebeldía de la cultura pop, tema del Encuentro, le parezca superficial, instantánea, fallida.¿Y quién podía responder a su discurso enérgico, carismático? Gabriela Torres Olivares, por ejemplo.
Narradora desde que estaba en la prepa, estudiante de letras en la Uni, ex becaria del Centro de Escritores, integrante del grupo Harakiri y organizadora del Encuentro al lado de Oscar David López y Noemí Zavala, Gaby defendió el tema del Encuentro a través de una ponencia de tono igualmente exaltado.
Tomando como antecedentes la literatura "pulp" de fines del Siglo 19 y la llamada Generación Química que surge en Inglaterra en los 90 y es encabezada por el escocés Irvine Welsh, en cuya novela "Trainspotting" (1993) fue basada la película de Danny Boyle, ella explicó la manera como la cultura pop no es algo que se pueda elegir, sino una realidad de la cual es posible echar mano.
No se trata de seguirle el juego al poder cultural o editorial, como de acuerdo a Da Jandra sucede con la mexicana Generación del Crack, ni de hacer concesiones a esa instancia poderosísima que es el mercado. Se trata simplemente de un nuevo lenguaje.
"Tomar una coca-cola no es beber un refresco de cola", dice Gaby en su ponencia, "es una sensación".
La posición de Da Jandra no solamente me gustó, sino que me provocó sentirme identificada. Como autor representativo de la literatura radical de mi generación, Da Jandra pide de los jóvenes una rebeldía capaz de oponer resistencia a las instituciones que acartonan e incluso paralizan la creatividad de los jóvenes.
Eso nos tocó vivir y en ese espacio ganado a pulso se mueven las nuevas generaciones.
Representante inevitable de su propio tiempo, Gaby dejó en claro que el uso literario de la cultura pop no significa tomar una posición, sino crear un lenguaje a partir de la realidad en la que le tocó vivir.
Y el mejor ejemplo de esta perspectiva es, precisamente, Irvine Welsh, quien haciendo uso de un lenguaje contemporáneo, muy pop en el sentido de usar las marcas comerciales como metáforas, no sólo de sensaciones, sino de posiciones existenciales, logra realizar una de las críticas más mordaces al modo de vida de nuestro capitalismo tardío y global.
Como ejemplo de ello basta recordar las palabras iniciales del protagonista de "Trainspotting", un yonki al margen del sistema, curiosamente poseedor de valores como la fidelidad a su grupo o el rechazo de la vida superflua que propone el sistema: "Elige un trabajo, una carrera, una familia, una lavadora, un carro, un abrelatas eléctrico; elige un futuro, elige la vida. ¿Y por qué diablos tendría que elegir todo esto?".
Al final de la película, que consiste en una especie de iniciación o de adaptación al sistema socioeconómico, los paradójicos valores del protagonista han desaparecido y a la elección antes rechazada responderá: "¿y por qué no?"
El caso es que durante ese primer día del Encuentro pudimos ser testigos, no de una lucha, sino de un diálogo entre dos escritores de diferentes generaciones.
Si la cultura pop es para Da Jandra una oportunidad de tomar posición ante el poder, es posible leer en ello toda una vida de dificultades para escribir desde la libertad, situación que marcó a los creadores de mi generación. Y para nosotros, no está de más aclararlo, todo lo que huele a mercado es sospechoso.
Para la generación de Gaby, en cambio, la cultura de consumo significa una manera de hablar, independientemente de la posición ante el poder que, de todas maneras, tendrán que tomar al escribir, si desean mantener viva la expresión, la fidelidad y el compromiso a la hora de hablar de su mundo.
"Vivo en la cuidad mas pretenciosa de la región 4", dijo Gaby al final de su ponencia."Soy un aborto de la mochés, del hiperconsumo, del internet. Pero yo leo, pero yo escribo. Sí, pero yo digo. Porque en este Encuentro lo importante es ser escritor. Para todo lo demás, ya existe Master Card".

martes, julio 4

Más sobre literatura viva

Encontré una cita sobre la reproducción literaria en Borges:
No tomó un mundo en blanco, sino que jugó con los pensamientos y formas de escribir de otros, materia misma del pensamiento que se dedicó a armar y desarmar. FERNANDO SAVATER. El Universal, Madrid, 3 de julio de 2006.
Otra, sobre una operación muy distinta al escribir (¿podría llamarse producción?):
En la literatura argentina, Aira goza del raro privilegio de crear belleza, a la manera de Oscar Wilde o de Fellini. Fabrica objetos exóticos, que una vez en el aire se tornan necesarios e inevitables. LEONARDO MOLEDO. Clarín, 3 de julio de 2006.
Y otra, del mismo Aira, sobre las sociedades de escritores:
Los escritores hacen sociedades para darle más interés a sus biografías, para enriquecerlas con otros personajes y aventuras, para complicarlas con maniobras secretas (o públicas), con intrigas y accidentes que no van a faltar una vez que salgan de la soledad de sus escritorios. Parece como si quisieran adelantarse a sus biógrafos y empezar desde ya a envolver con experiencias vitales sus libros. (...) El lector que arrastre la sospecha de que los escritores no son gente del todo normal encontrará aquí un catálogo de patologías que la escritura en solitario disimula, y la colaboración saca a luz de manera clamorosa. Pero un ligero cambio de óptica muestra que lo que sale a luz es lo más humano de la condición humana: vanidad, codicia, cálculo, manipulación... como cualquier hijo de vecino, no importa que fueran genios. Y junto con lo malo, por supuesto, se revela lo bueno, porque en el fondo, y a pesar de los finales turbulentos, siempre son historias de amistad. CÉSAR AIRA. El País, 8 de abril del 2006.

lunes, julio 3

Yo, que te copio (o de la reproducción) (o de la variación) (o de ese animal orgánico llamado literatura)

La duda de la estancia es la que convence, esa pausa seguida de un respiro, el mapa del globo virtual, ceder a la entrada en las palabras del otro, contaminarlas con la brújula de latidos, la promesa del mareo al bajar y subir el cursor, la inmensidad del movimiento al teclear, los minutos tan breves vaciándose en sí mismos, el arribo tan alto como un silencio en el texto.

Para mí, always mine
Posdata:
La otra: ¿Quién dijo que el arte no existe?
Yo: Un creador institucional.
La otra: ¿Y por qué lo dijo?
Yo: Porque no cree en las instituciones.
La otra: ¿Y yo qué culpa tengo?
La que escribe: Ya cállense las dos, estoy en pleno ejercicio de reprducción artística.
Yo y la otra: Qué mamona.

domingo, julio 2

Hoy, ayer, lo por venir, la música

Abro el mail y me encuentro con una carta de mi amigo Arturo González, exbecario del Centro de Escritores, en la que habla acerca del concierto de Gerardo Torres el pasado viernes en el Museo Metropolitano.
"Entonces sucedió algo maravilloso", dice, "algo que sólo la música (el arte) puede hacer: Viajar por otros tiempos y otras atmósferas. Sumergido en las palabras, los tonos, el ritmo, ya no importaba nada. En el escenario había un hombre, sin duda alguna haciendo magia. Entonces deje de pensar, para simplemente sentir."
"¿Quién dijo que todo está perdido?", dice a su vez Gerardo en el primer verso de la primera canción del disco. Entonces soy yo la que deja de pensar, para simplemente sentir.
*
"Somos los exaltados", dije el viernes en mi casa a un auditorio formado por 3 personas que adoro.
*
Anoche la pasé leyendo poesía con mis amigos. Y bebiendo, ya que había ley seca. No pude evitar anotar un verso de Raúl Zurita en mi cuadernito de apuntes importantísimos: "En esta vida no nos cabe toda la vida."