(Lo recordé al leer el último texto en Apostillas)
"Antes de nacer, ¿dónde estaba?", preguntó Marijose cuando era muy pequeñita. "No existías", respondí. "Y cuando me muera, ¿va a ser lo mismo?" Le dije: "Nadie ha regresado para contarnos, pero todo indica que sí." Se quedó muy pensativa y, pasados unos minutos, exclamó: "¡Tengo que aprovechar!"