domingo, junio 5

El concierto de los tenores, el desmadre y el cinismo de las autoridades

Después de intentar, sin éxito alguno, asistir al concierto de los Tenores, con el cual inició la promoción del Forum Universal de las Culturas Monterrey 2007 ayer por la noche, mi hijo llegó a casa en las siguientes circunstancias:
Cansado de caminar más de 2 kilómetros en torno al Parque Fundidora en busca de la puerta de acceso correspondiente. Deshidratado a causa de las 3 horas y media de sol (a más de 35 grados) haciendo fila para entrar. Harto de su novia y su suegra que se quejaban de tanto atropello. Decepcionado porque, desde la fila, escucharon que el concierto iniciaba mientras cientos de personas aún esperaban entrar. Enojado, porque después de un rato vieron que la gente de adelante se regresaba anunciándoles que no se podía acceder al lugar, que una tarima de 40 X 40 mts. se había caído con todo y la gente y las sillas, que nadie en la puerta recogía los tickets, que ya no cabía ni un alfiler, etcétera.
Andrés dejó a su suegra sentada en una banquita, porque la señora se sentía ya muy mal, y se fue con su novia a ver cómo estaban las cosas. Se saltó toda la fila, diciendo a la gente que iba a investigar y regresaría a informarles la situación. En la entrada, pasó a un lado del detector de metales y nadie le dijo nada. Avanzó a codazos entre un tumulto que se insultaba a gritos mientras los tenores cantaban de oquis, porque nadie los escuchaba (cuando las canciones terminaban, la gente gritaba a coro: “¡Fraude, fraude!”). Subió a una de las tarimas, atestada de gente también peleándose, pero, al sentir que el armatoste se movía, decidió bajar de nuevo. Preguntó por algún edecán, encargado, o por algún empleado de seguridad, y le dijeron que no había nada de eso. Así que decidió llevar a casa a su suegra, dadas las condiciones del lugar.
Al salir, vio que cientos de personas enojadas se organizaban para hacer una protesta hoy por la mañana en la macroplaza. La gente, cansadísima después de intentar infructuosamente entrar al show, tomaba taxis en el carril de en medio de la avenida. Incapaces de seguir de pie, pedían a los choferes que los llevaran a los estacionamientos donde habían dejado sus carros. Los agentes de tránsito y policías se veían unos a otros, mientras la gente se atravesaba temeraria frente a los carros en marcha o los insultaba a gritos, simplemente porque estaban furiosos y ellos, los policías y tránsitos, eran en ese momento símbolo de la autoridad. Natividad González Parás, Gobernador del Estado, declaró al periódico El Norte (sección Vida de hoy) que “son los problemas de los grandes conciertos”, y que “a final de cuentas todos pudieron disfrutar de lo que aquí se vio”. Por su parte, Vicente Gómez, presidente de Latin Events Promotions, empresa organizadora del evento, “pidió disculpas por los problemas de la organización en el concierto al que consideró un éxito”.