sábado, marzo 31

Sacrificio y mercado

Al caminar hacia los elevadores advertí que en el estacionamiento había solamente un par de carros. Regresé para confirmar que había cerrado con llave y subí a la primera planta del mol. El sonido de mis pasos retumbaba en muros y cristales.

Como era de esperarse, en la taquilla no había cola y al entrar a la sala de proyecciones me recibió un desierto de butacas. El título, "La Fuente de la Vida" (The Fountain), no me resultaba atractivo, pero se trataba de un film de Darren Aronofsky, que en 1996 había iniciado su trayectoria con la enigmática cinta "Pi, el Orden del Caos" y en el 2000 adquirió celebridad con "Réquiem por un Sueño".

Unos años antes, el cortometraje "Supermarket Sweep", tesis con la que Aronofsky concluyó sus estudios en Harvard, al lado de "Protozoa" (1993), producido por el American Film Institute, lo habían convertido en una promesa del cine de arte norteamericano.

El inicio del éxito llegó en el Festival Sundance de 1996 con "Pi, el Orden del Caos", largometraje que logró finalizar pidiendo 100 dólares a todas las personas que conocía y haciendo mil malabares más entre familiares y amigos. El resultado fue una película en blanco y negro de atmósfera asfixiante y enigmáticas secuencias que abordaban cantidad de cuestionamientos místico-matemáticos.

Faith in chaos

Un trabajo sorprendente en el que se contaba la historia de un científico obsesionado con encontrar el patrón de la naturaleza, consistente en una serie de números. Se trataba nada menos de la búsqueda del mayor de los tesoros: la lógica absoluta.

Y aunque la tesis de que tal patrón puede encontrarse detrás de los números de la Bolsa de Valores está presente en novelas como "The Spanish Prisoner", de David Mamet, o "Cosmopolis", de Don DeLillo, el giro místico que aporta Aronofsky al relacionar el tema con los misterios de la Cábala judía aporta una extraña singularidad al film.

En "Réquiem por un Sueño", una historia trágica acerca de la adicción a las drogas, el cineasta pulió su lenguaje y lo llevó al límite de sus posibilidades, pero se alejó de los temas enigmáticos. Lo que consiguió fue, por un lado, un enorme éxito en las salas comerciales; por el otro, un gran logro formal acompañado de empobrecimiento temático.

Requiem for a dream

Lo que vino después fue una reacción normal, tomando en cuenta sus pretensiones artísticas. Los grandes estudios le ofrecieron filmar una nueva historia de Batman, cuyo guión escribiría al lado de Frank Miller, y una nueva versión del manga japonés "Kozura Okami", que en los 70 había vendido millones de copias en aquel país. Aronofsky rechazó todo, argumentando que antes debía filmar "The Fountain", para la cual había conseguido un presupuesto millonario y en la que trabajaría durante seis años.

El final de esta larga historia es la película que vi esta semana en una sala vacía. "La Fuente de la Vida" es un buen ejemplo para la tesis de que el mercado es capaz de estropearlo todo. Muy por debajo de "Pi", que muchos consideramos su trabajo más logrado, "La Fuente" retoma el ángulo místico-científico para contar una nueva búsqueda imposible: la inmortalidad.

Situadas en la época presente, la de la Conquista en América y un momento atemporal en lo profundo del universo, las historias que conforman la estructura del film logran enlazar el sacrificio en la eucaristía cristiana de Occidente a la reencarnación en Oriente y al sacrificio humano de las culturas prehispánicas. Todo ello a partir de una anécdota mínima en la que un científico intenta salvar a su esposa de la muerte.

Fountain

Sin embargo, a la belleza de las esferas flotando en dirección a un sol a punto de morir, o de las tomas en las que la piel humana y la corteza del árbol muestran en su textura la huella del tiempo, se une el efectismo de otras secuencias que remiten a lugares comunes holywoodenses.

¿Cuál era el propósito real de Aronofsky en esta cinta?, ¿se dejó manipular por los productores o deseaba realizar una especie de pastiche entre el cine erudito y las producciones chatarra?, ¿es la cinta misma un sacrificio artístico?, ¿no hubiera sido mejor sacrificar el presupuesto?

Aunque es difícil tomar una decisión ante un trabajo tan extraño, hay en este filme signos muy claros de la confusión que puede surgir dentro de un artista cuando ha sido tocado por las, éstas sí, mortíferas manos del mercado.

Publicado en la columna "Literespacio" de la sección Vida del periódico El Norte. (Monterrey, México)

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