Terminé de leer una novela profunda, emocionante, a un lado de la estufa. Eso sólo nos pasa a las mujeres. Ah, el mar, el mar.
El desayuno me supo a vacío: aunque ya no me desvelaré tanto, voy a extrañar a los personajes.
Hay también un sentimiento de paz. Las novelas de la Murdoch son así: golpes al centro del espíritu.
Me dispongo a regresar al mundo.
2 comentarios:
¡Este blog me gusta mucho más, Dulce! Aunque lo principal es quien escribe, por supuesto, pero este blog está precioso. Enhorabuena.
Gracias, Magda, mira que tenías razón: no hay nada como blogger. Un abrazo.
Publicar un comentario