En Italia le dicen así.
Las enfermedades son curiosas. Nos acomodan rico en el cuerpo, justo cuando éste no funciona tan bien. Disfrutamos la cama, nos tratamos con cariño, volteamos a vernos y descubrimos que nos teníamos olvidados. El malestar trae consigo este raro disfrute del cuerpo mal-tratado. Sólo entonces, en ese placer agridulce de las enfermedades no-tan-graves, nos da por tratarlo bien.
¿Por qué seremos así los humanos?
Ajum.