jueves, octubre 4

El regreso de la Mujer Loba

La Noctámbula regresó hace un par de días. No lo había documentado en un afán de ignorarla y procurar que desapareciera. Fue inútil. Ahora mismo está tirada en mi cama, leyendo mi libro de John Irving. Finge ser ella quien me ignora. ¿Quién es quién?, se pregunta la que escribe y la loba bosteza, muestra los colmillos.

Tiene ganas de sangre, lo sé, pero conozco su letargo. Mañana temprano, después de verme dormir toda la noche mientras navega entre los blogs en busca de víctimas, tomará un clamato y se conformará. “Qué fastidio”, escribo, escribe ella, escribe la que escribe.