lunes, noviembre 1

Lunes de todos los santos


Asegura la habitante de el aljibe que una mañana, mientras limpiaba la casa, se aspiró a sí misma. Con eso explica que últimamente ande encorvada y con dolores de espalda, ya que es difícil adaptar la posición del cuerpo a la bolsa de la aspiradora. Si no mal recuerdo, el lugar le provoca, también, estornudos.

Hoy desperté con ese texto en la mente, pensando si al comer un helado no me habré chupado a mí misma. El fenómeno aporta complejidad al famoso dicho: “se la chupó la bruja”: la frase adquiere concretud y se vuelve autoreflexiva (la bruja soy yo misma).

En mi caso, el suceso explicaría el motivo por el cual, a pesar de que engullo con gran placer todo lo que se me pone enfrente, no subo de peso y sigo siendo una tilica. También me hace comprender por qué los lunes amanezco, invariablemente, con el cerebro exprimido.

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