viernes, abril 8

Regreso a casa (inicia el recorrido)

Si el mundo fuera correcto, dice Martim en su viejo blog (de rostro recién cirugeado), la granada vendría en formato comestible. Lo pienso, lo repienso: claro, digo, pero no sería tan interesante comerla. ¡Ah, que Martim! A su vez, Erika nos sorprende con un tratado sobre las tripas que en un principio me despertó el apetito y más adelante me lo arruinó (justo cuando alguien enrolló los intestinos de un santo a un mástil o algo así). Los textos de Erika son muy disfrutables, además está su afán de echar cloro al blog y esas cosas que tiene, como el mentado mayordomo, Roderico. Por su parte, Driana nos pone a escuchar música rica, justo la que esperábamos.

Y es entonces, en este recorrido histérico de quien desea recuperar todas las lecturas al mismo tiempo, cuando llego a un blog que me detiene y me provoca olvidar todas y cada una de mis sagradas obligaciones. Hasta donde voy, ya que me falta un mundo por leer: no es fácil ponerse al corriente después de casi un mes de ausencia. El caso es que arribo a la página del Perro cansado, que de cansado no tiene un pelo, ni canino ni humano, y la prueba está en esa serie de textos escritos durante las últimas semanas.

Los comentarios sobre la novela de Jelinek se enlazan y complementan de manera natural al análisis de esa otra pareja en el film “Ojos bien cerrados” de Kubrick. Tenemos, por poner otro ejemplo, esa crónica de una tarde de cine, en la que se incluye la crítica social de los adolescentes contemporáneos (qué bien le va a ir al capitalismo si las hordas de gente suave siguen como van, dice nuestro Perro) y todo el recorrido al centro comercial como marco a la reseña de una película que de pronto, yo misma, tengo urgencia de ver.

La literatura, el cine, la música. Textos capaces de despertar el deseo, la reflexión. Entre ladrido y ladrido este perro parece disfrutar de lleno lo que la vida nos pone enfrente si sabemos elegir: el resto, lo que queda, las películas que no harán historia pero una no se puede perder, la música que se esconde al fondo de los anaqueles...

Parada en la gasolinera para ir al baño. Continuará...