lunes, mayo 8

Estados de ánimo

Hoy ando poética
A propósito del post anterior, pienso que si reuniéramos todas las cartas que hemos enviado; los textos que escribimos para otros (en presentaciones de libros, cuadernos ajenos, etc.) y enseguida perdemos; los poemas en servilletas que, a medida que avanza la noche, se mojan, se arrugan y terminan en el bote de basura de algún restaurant; los posts, los comentarios, los artículos; si pusiéramos atención a todo eso, tendríamos muchos libros publicados.
Sin embargo, me gusta esa parte efímera de lo literario. La escritura es algo inabarcable, inmenso. No se puede documentar totalmente. Y es maravilloso pensar que existe toda esa belleza momentánea, textos del instante que se pierden como la voz, como lo pronunciado.
Y no poética
El I Ching me aconsejó matar a Lortana, desaparecerla. Ella es una mujer de otro planeta. Todo en la Tierra le parece extraño. Pero cuando apenas la había inventado, me dio miedo: se metía demasiado profundo en todas partes. Sin embargo ella, que escribe en mis manos, en mi teclado, insiste. No se quiere ir. Y yo me siento culpable.
Soy una mujer atormentada. Ya se vio. Afortunadamente, los tormentos suceden casi siempre en lo literario. La vida es mucho más simple.