viernes, julio 28

El regreso de los aliens (cuento)

Plaza de la Revolución
Se trata de un cuento muy interesante en el que unos aliens se fueron a Cuba y bailaron “casino” y se emocionaron hasta las lágrimas en la Plaza de la Revolución. También se tostaron la piel en Varadero y volvieron a bailar “casino” y conocieron a unos cubanos muy alegres, porque todos en la Isla se traen un ambientazo. Mientras tanto, la del cuento estaba muy feliz en su casa, comiendo cochinadas y viendo la televisión. Cuando ya mero se acaba la historia es cuando regresan y sacan mugrero y medio de sus maletas y le regalan a la del cuento un Cohiba, para que se lo fume mientras le platican que se sintieron raros en La Habana, donde no hay panorámicos ni nada de ese tipo. La del cuento no pudo ver su programa favorito esta noche. Se supone que está muy contenta porque regresaron los aliens. Fin, ahí se acaba la historia. ¡Patria y Revolución!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hello, Dulce!

Qué lectura! Permíteme intentar comprender (por escrito):

Inicialmente el protagonista del cuento es... ¿el cuento? (¿Me equivoco?)

-No, mejor...
Desde el principio otra vez:

O sea que... ¿es una historia que habla sobre un cuento, que al ser contada es el cuento, y sin embargo, una personaje es la que tiene o sabe el cuento, y no es ella quien lo cuenta? ¿Se cuenta a sí mismo… pero en realidad es la que escribe quien cuenta la historia? (O...¿no?) ¿Pero es una historia en la que, aquella que la escribe tiendo su doble como personaje interactúa con los personajes del cuento, que en realidad no está siendo contado, pues es una historia… y sin embargo sí es al mismo tiempo un “cuento”, pero estando en el modo de no serlo, y la historia misma supone cosas sobre la del cuento?

Oa! ¿He comprendido esto o lo he preguntado? (realmente te pregunto). He solucionado el “problema” que es un reto, o he apuntado hacia él?

Creo que hay vértigo en el leer este cuento. Un muy agradable vértigo… el intelecto oscila… ¿pero consigo mismo o con lo que está siendo leído? Como lector, ¿tengo derecho únicamente a los noema de lo que has escrito, Dulce? ¿O también me has concedido noesis?... curiosamente, aunque mucho está en duda para mí, siento que la respuesta a mi última pregunta debe ser parcialmente afirmativa. Aunque no sé qué tan parcialmente. O si “parcialmente” es la palabra de la situación. ¿Será “momentáneamente”? Pero entonces… ¿se trata de un momento “lógico” o uno perteneciente a no sé qué temporalidad?

De cualquier forma… es un cuento muy agradable. Un cuento para aquellos que han alcanzado alguna "mayoría de edad" u otra…? (¿o alguna Otra minoría de edad? - creo que yo entro en esta "categoría") –¿O no?: No, más bien los que tienen experiencia con este tipo de lectura…(?) -¿Pero qué tipo de experiencia? ¿Previa o (ya-no-) presente? Ah… “vértigo” no era la palabra, creo yo. La palabra es rigor.

Por lo menos tengo certeza sobre una cosa: me gustó mucho el cuento. Para algunos esto es fácil de determinar… para mí no (esta deficiencia creo que es común). Pero esta vez, se me concedió, Dulce. Y eres tú quien provee, una vez más :)

Du bist du, Dulce.

Eliot

Dulce M González dijo...

Ay, qué padre lo que dices, Eliot.
Me sucede algo parecido a lo que intenté escribir: tu comentario termina de aclararme lo que hice.
Ya ves que, generalmente, crees que escribiste algo y de pronto alguien te dice que escribiste otra cosa, o algo más. Y generalmente ese alguien tiene razón. ¿Ves que no existe el autor?
La que escribe es siempre otra y, aunque lo intentes, no la puedes controlar del todo.

Mira, ahora mismo escribo una novela en diálogo con una persona que quiero mucho y en la novela es personaje. El diálogo entre nosotros es la novela misma. Muchos niveles de realidad, ¿no crees?

Volvamos al cuento: Sé que estas cosas no se deben de revelar, pero estamos en un blog y lo importante de todo esto es el diálogo, más que el cuentito mismo.

Al leer tu ensayo, me clavé en el asunto de que el lector lee la lectura que hace Calvino de las lecturas de los personajes. Si lo ponemos en sentido inverso, Calvino narra la narración de los personajes. Entonces pensé: ¿y por qué no escribir un cuento en el que se cuenta un cuento? El protagnista del cuento, pues sí, en efecto, es el cuento.

Lo que tú me aclaraste es que la que escribe se desdobla en la que cuenta el cuento y, a su vez, esta última se desdobla en un personaje del cuento a la que llamo "la del cuento".

Mientras tanto, Eliot (y esto es lo maravilloso), mis hijos, absolutamente alejados de mi texto (que tiene su propio nivel de realidad), siguen contándome de Cuba.

Un comentario muy aparte de esto: ¿no te parece que en La Ilíada, por ejemplo, el mundo de los dioses equivale al nivel de realidad en el que mis hijos me cuentan de Cuba?

Besos, dear Eliot, gracias por el diálogo.