Marijose y su amiga conversan en la recámara. Tienen la computadora y la televisión encendidas. Marijose teclea; su amiga está tirada en la cama, viendo un programa de música.
Marijose: ¿Te quedaste conectada en tu casa?
Amiga: No sé, ¿por qué?
Marijose: Es que te estoy viendo.
Amiga: Ah, pues a lo mejor sí. A ver, háblame.
Marijose: Ya te hablé varias veces, pero no me respondes.
¡Si mi abuela se levantara de su tumba!
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