viernes, julio 13

Los hermanos Dardenne y el mal di pancia del Miki


Pasé el día trabajando, sin despegarme de la mesa del comedor que, como el resto de la casa, está llena de papeles y de libros. De hecho, frente a la barra de la cocina hay un librero. Tener libros por todas partes provoca un ambiente acogedor en el depa, pero es difícil mantenerlo sin polvo. Y a la hora de la comida es un problema despejar el espacio. Hoy preparé hamburguesas con tocino. Una bomba. Andrés comió dos; Marijose y yo, una; Miki, una y media. Hace rato le dimos al pobre perro tacos al carbón de los que cenamos. En este momento está tirado en mi cama, el pobre. No se puede ni mover. ¿Por qué soy tan salvaje en esto de alimentar perros?, me pregunto. Si no mejora en un ratito, le voy a meter un poco de melox por el hocico con una jeringa. ¿Así trataba a mis hijos cuando eran pequeños? Cielos, no lo recuerdo.




Esta noche vimos "L'enfant", de los directores belgas Jean Pierre y Luc Dardenne, película ganadora de la Palma de Oro en el 2005. Un filme lleno de silencios tensos. La atmósfera de frescura y despreocupación de los jóvenes padres que viven en un ambiente marginal, de supervivencia, se rompe de pronto cuando Bruno, el papá, decide vender al recién nacido. Ahí fue donde dejamos de comer y mejor le dimos los tacos al Miki. La realidad cerca a este niño grande, padre del bebé, hasta que no le queda otra salida que convertirse en adulto. Una pelicula hermosa, emotiva, que jamás, ni por asomo, cae en sentimentalismos. Las tomas simples, limpias. Los terribles, profundos, desesperantes momentos de silencio. El pobre Miki comiendo como degenerado, mientras sus amos se muerden las uñas.