viernes, octubre 19

Una tarde en el Paraíso

¿Cuál es el motivo de que una se sienta feliz entre libros?

Ayer fui de nuevo a la Feria, ahora con las chicas del taller de lecturas. Un escándalo. Seguramente los vendedores terminaron odiándonos. Los teníamos enloquecidos, buscando ejemplares en el sistema, en los estantes, por debajo de las mesas. Y a la hora de pagar, las pilas enormes (¿cuáles son los míos?), la confusión (préstamos y deudas entre las compradoras), las tarjetas que pasan y las que no pasan. Horas de caos, de plena felicidad.

Como nos veían gritar entre nosotras, tomar ejemplares y apretarlos contra el pecho para que no nos los ganaran, se nos fue juntando gente. "¿Este autor es bueno?", nos preguntaban. Y nosotras muy amables, asesorando a la concurrencia.

"En unos minutos va a presentar un libro la Poniatowska", nos avisó una señora. "¡No vayas!", gritó Ratón desde la caja y los vendedores se morían de risa.

Nos pusimos a criticar a la pobre de Elenita y la señora soltó el libro que pensaba comprar: "La piel del cielo", qué desperdicio.

Va un saludo desde aquí a las "máquinas de leer" y a la pintora Silvia Ordóñez, que me animó a comprar un ejemplar carísimo de Siri Hustvedt.

Posdata: ¿de qué voy a vivir el resto del mes? Cielos, cáspita.