martes, noviembre 16

O tal vez la escritura es del otro


Quizá sucede que mientras duermo en la escritura, Lector escribe. Dicho en otras palabras: otro escribe mientras pretendo hacerlo en sueños. Otro señala acaso el camino. Y sin embargo, escribo.

¿Y para quién, o para qué, Lector mío? ¿Quién escribe en realidad?, ¿yo?, ¿tú que me provocas hacerlo?

Todo esto me recuerda los juegos de Jacques Derrida en “La tarjeta postal”: Es Sócrates quien escribe, Platón está detrás de él, mostrando el camino o dando una orden.

Platón siempre estuvo detrás, eso se sabía, pero no se pensaba que de esa manera. De acuerdo a Derrida, Platón hace escribir a Sócrates (¿qué no era al revés?), lo hace escribir lo que él quiere, y luego finge que todo lo ha recibido del otro. "Es el secreto de la reproducción”, dice Derrida.

Yo digo (con humildad, claro) que es también el secreto del rizoma, de la escritura en (la) red: de muchas maneras una re-producción.


POSIBLE COMENTARIO DEL LECTOR:
“Apenas se estaba poniendo buena y sana cuando cayó de nuevo en su desorden de siempre, la monserga del palabrerío que me pone enfrente”. Eso dirás ahora.

Otra probable opinión tuya: “Ella siempre en los extremos: si es invierno, que sea en Copenhague”.

O quizá te preguntas simplemente adónde diablos se ha ido la Mujer Loba, si acaso está de vacaciones.


¿NO SERÉ YO MISMA QUIEN ESCRIBE MIENTRAS DUERMO?

 
 

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