lunes, noviembre 15

Ser otro


Leyendo “La Reina de las Nieves”, de Carmen Martin Gaite (Anagrama,1994), encuentro un sorprendente fragmento (muy edípico, por cierto) que me recuerda el extraño pasadizo de la película “Being John Malkovich” (1999), de Spike Jonze: aquel túnel que alguien descubre detrás de los archiveros de una oficina, y a través del cual se accede al interior del cuerpo del actor. El fragmento de Martin Gaite alude, además, a un sueño que se pregunta por los sueños del otro, una delicia:

“Me quedé dormido y me transformé en mi madre. Es un sueño que, camuflado bajo argumentos diferentes, tengo desde niño, desde que probé por primera vez el ardiente deseo de meterme en su cuerpo y en sus sentidos, de saber si me quería o no, de entender lo que piensa una mujer cuando se arregla ante al espejo, cuando está acostada pero no duerme, cuando se impacienta al verte entrar porque estaba esperando a alguien que no eras tú, cuando te mira y es evidente que no te está viendo; quería encontrar el lugar de su cuerpo donde se acusaba la temperatura de sus desasosiegos, necesitaba saber con quién soñaba o con qué.”

Nota en el estribo: Si pudiéramos entrar en otro, ¿quién de los dos seríamos? Y si tomamos en cuenta que, como dice Cummings, somos tantos: ¿quiénes de todos esos tantos continuarían dándonos identidad?

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