sábado, mayo 21

Espacios interiores (cavidades)

"…nunca / pensé, / que a través del sudor de la piel / se me haría presente / el […] mundo."
Eso dice el poema de Ingeborg Bachmann que encontré siguiendo un link de Lukas en Rizomas. Es un poema triste y sin embargo me vuela allá, aquí. Este preciso lugar donde escribo.
Y he aquí que se me viene decir esto tan dulce (yo misma), tan cordial (ah, el corazón provenzal), tan cerca de esa dulzura cordialosa que dice Sloterdijk: dejarse poseer por el caramelo maldito, perder el control justo en la boca…
Y entonces los ruidos, la noche, un poema ajeno en la computadora y después hablar por hablar cuando las palabras no dicen. Y la construcción de un espacio interior imposible: sé que no soy Jonás, no reconozco en ti a la ballena. ¿Dónde encontrarnos? Quizá una ciudad inventada al estilo Calvino. Oremos.