viernes, junio 2

Mi vida en rosa

Estaba buscando un artículo que escribí sobre Ricardo Yáñez. Quería postearlo, ahora que está en Monterrey. Pura nostalgia. Me fui a los archivos de El Norte y no lo encontré, revisé en mi disco duro y tampoco. Entonces me fui al archivo de cartas enviadas a mi exeditor del peiper, ya que, entre ellas, están los envíos de artículos. Pues tampoco ahí encontré el dichoso texto. Se llamaba "Los poetas y los ángeles" y recuerdo que hablaba ahí de la poesía de Ricardo y del Padre Amaro. ¿Cómo le hice para dar a luz tremenda capirotada? No lo sé, pero recuerdo que me gustó el resultado.
El caso es que, buscando en el archivo de las cartas a Car, me topé con la narración de mi propia vida durante los últimos 5 años. Estoy conciente de esas cartas, incluso hablé de ellas en una novela que recién terminé de escribir, pero las había citado de memoria: o sea, no las había releído.
¿Cómo puede ser que una escritora sea tan cursi cuando habla de ella misma? En las cartas hay de todo: narraciones de choques, de dolores de panza, de descomposturas de computadoras, de tormentos existenciales y todo tipo de quejas a la vida, al trabajo, etcéteras.
Todo está narrado desde una posición tan extraña, tan rosa.
Lástima que los discos duros de los otros no sean como el blog.
Ya las hubiera borrado.
PD: Esta entrada se autodestruirá en un mes, máximo.

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