martes, junio 20

Probando, probando, martes

Todo consiste en ponerse el casco, atreverse a accionar el encendido, avanzar por la pista de despegue y ahí vamos. Lo de la Mujer Loba es más complejo. De pronto surge su voz, pero aún no sé si es ella o soy yo que me engaño. La que escribe duda. La que escribe pierde identidad. La que escribe desea, espera. Va en su nave y no sabe ni quién es. La otra tampoco lo sabe (la de la vida diaria, la que no está hecha de lenguaje), pero esa es otra novela. La que escribe va en su nave y está a punto de partir. Arrivederci. Buen viaje.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Tierra llamando a Du... tierra llamando a Du...
¡Oh, no! ¡Perdimos contacto!

Anónimo dijo...

¿Qué habrás vivido hoy que te pude leer así? Experiencia sin evento: delicia de la vida en su punto de irrealidad, en el que escurre la sangre del pensamiento que nos nutre a sorbos su identidad discontinua, olvidada, ya éxtasis y delirio sublime, ya magnificencia del horror. No nos basta el deseo: exigimos y efectuamos el placer de desgarrar la vida con la existencia, exponiendo la intensidad, lo alto y lo bajo de la fuerza y el poder.

Así te he sentido ahora, y a mí me he concebido como una retrospectiva de haber leído tus palabras, y de haber sido nada más que esa lectura y sus consecuencias.

(Quizá puedo escribirte así porque nunca seré yo sin haber no-nacido, una y otra vez, sin tregua).

L.