sábado, julio 8

Sobre el Encuentro

Literespacio / Rebeldes en La Silla
Dulce María González
El Norte

Nada como un discurso apasionado de Leonardo da Jandra para arrancar el Segundo Encuentro de Escritores Jóvenes del Norte, Voces Convergentes en La Silla.
Más que a la gente soñadora, me da por admirar a quienes sostienen sus sueños. Y 27 años de vida en la selva, de existencia radical, de escritura que no se da por vencida, son la mejor carta de presentación de un escritor maduro que se dirige a los jóvenes. ¿Cómo no escuchar al exaltado Da Jandra?
Entre otras cosas, habló del Crack, la famosa literatura "emergente", de escritores como Volpi y Padilla, jóvenes envejecidos que le hacen el juego al mercado, escritores sin capacidad de rebeldía, aliados con el poder. Un escritor arriesgado se enfrenta al poder y rompe con las reglas, aseguró Da Jandra, y para ello tiene que dominarlas antes.
Disciplina, riesgo, capacidad de lucha y transformación a través de las letras; he ahí los componentes que propone Da Jandra para una literatura joven, comprometida con su tiempo. De ahí que la rebeldía de la cultura pop, tema del Encuentro, le parezca superficial, instantánea, fallida.¿Y quién podía responder a su discurso enérgico, carismático? Gabriela Torres Olivares, por ejemplo.
Narradora desde que estaba en la prepa, estudiante de letras en la Uni, ex becaria del Centro de Escritores, integrante del grupo Harakiri y organizadora del Encuentro al lado de Oscar David López y Noemí Zavala, Gaby defendió el tema del Encuentro a través de una ponencia de tono igualmente exaltado.
Tomando como antecedentes la literatura "pulp" de fines del Siglo 19 y la llamada Generación Química que surge en Inglaterra en los 90 y es encabezada por el escocés Irvine Welsh, en cuya novela "Trainspotting" (1993) fue basada la película de Danny Boyle, ella explicó la manera como la cultura pop no es algo que se pueda elegir, sino una realidad de la cual es posible echar mano.
No se trata de seguirle el juego al poder cultural o editorial, como de acuerdo a Da Jandra sucede con la mexicana Generación del Crack, ni de hacer concesiones a esa instancia poderosísima que es el mercado. Se trata simplemente de un nuevo lenguaje.
"Tomar una coca-cola no es beber un refresco de cola", dice Gaby en su ponencia, "es una sensación".
La posición de Da Jandra no solamente me gustó, sino que me provocó sentirme identificada. Como autor representativo de la literatura radical de mi generación, Da Jandra pide de los jóvenes una rebeldía capaz de oponer resistencia a las instituciones que acartonan e incluso paralizan la creatividad de los jóvenes.
Eso nos tocó vivir y en ese espacio ganado a pulso se mueven las nuevas generaciones.
Representante inevitable de su propio tiempo, Gaby dejó en claro que el uso literario de la cultura pop no significa tomar una posición, sino crear un lenguaje a partir de la realidad en la que le tocó vivir.
Y el mejor ejemplo de esta perspectiva es, precisamente, Irvine Welsh, quien haciendo uso de un lenguaje contemporáneo, muy pop en el sentido de usar las marcas comerciales como metáforas, no sólo de sensaciones, sino de posiciones existenciales, logra realizar una de las críticas más mordaces al modo de vida de nuestro capitalismo tardío y global.
Como ejemplo de ello basta recordar las palabras iniciales del protagonista de "Trainspotting", un yonki al margen del sistema, curiosamente poseedor de valores como la fidelidad a su grupo o el rechazo de la vida superflua que propone el sistema: "Elige un trabajo, una carrera, una familia, una lavadora, un carro, un abrelatas eléctrico; elige un futuro, elige la vida. ¿Y por qué diablos tendría que elegir todo esto?".
Al final de la película, que consiste en una especie de iniciación o de adaptación al sistema socioeconómico, los paradójicos valores del protagonista han desaparecido y a la elección antes rechazada responderá: "¿y por qué no?"
El caso es que durante ese primer día del Encuentro pudimos ser testigos, no de una lucha, sino de un diálogo entre dos escritores de diferentes generaciones.
Si la cultura pop es para Da Jandra una oportunidad de tomar posición ante el poder, es posible leer en ello toda una vida de dificultades para escribir desde la libertad, situación que marcó a los creadores de mi generación. Y para nosotros, no está de más aclararlo, todo lo que huele a mercado es sospechoso.
Para la generación de Gaby, en cambio, la cultura de consumo significa una manera de hablar, independientemente de la posición ante el poder que, de todas maneras, tendrán que tomar al escribir, si desean mantener viva la expresión, la fidelidad y el compromiso a la hora de hablar de su mundo.
"Vivo en la cuidad mas pretenciosa de la región 4", dijo Gaby al final de su ponencia."Soy un aborto de la mochés, del hiperconsumo, del internet. Pero yo leo, pero yo escribo. Sí, pero yo digo. Porque en este Encuentro lo importante es ser escritor. Para todo lo demás, ya existe Master Card".

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