sábado, septiembre 2

Y encima lo de Plutón

Literespacio / Y encima lo de Plutón
Dulce María González
El Norte
Últimamente ando como llanta desinflada y no es para menos. A las ofensas habituales por parte de escritores fracasados fue necesario agregar el desencanto de ver cómo el proyecto de cambio político se va convirtiendo en aberración.
Los reclamos de los primeros días, signo de impotencia y necesidad de defenderse de alguna forma ante el presunto fraude electoral, se transformaron en declaraciones disparatadas, locura, descontrol y, finalmente, en amenaza a la estabilidad del País.
Muchos de quienes teníamos esperanzas en AMLO vemos con tristeza quién era él en realidad: una persona impositiva, irrespetuosa de las instituciones que lo llevaron hasta donde se encuentra ahora. Una se avergüenza de haber argumentado a su favor por todos lados. Sin embargo, ¿qué logros pensábamos obtener de una democracia inaugurada hace seis años?
Era de esperarse que intentar el equilibrio de poderes, que implicaba el debilitamiento del ejecutivo en un sistema político habituado al presidencialismo, aunado al derrotismo e incapacidad de nuestro actual presidente, darían por resultado el vacío de poder en el que tan quitado de la pena se acomodó AMLO, representante venido a menos de nuestras esperanzas.
Para muchos de nosotros la decepción es profunda, ya que seguimos pensando que nuestro País necesita un cambio de rumbo. El viraje democrático, desde y hacia dentro de las instituciones que, al parecer, en AMLO era puro discurso, puras ansias de poder, en la realidad sigue siendo una necesidad urgente.
La tremenda desigualdad social, la discriminación, la falta de oportunidades para la gran mayoría exigen una reflexión profunda de nuestra parte y un consecuente cambio de actitud.Y mientras este reconocimiento de nuestra realidad y esta apertura hacia nuevas opciones no se den en la conciencia de la mayoría, los cambios que requiere el País nunca se llevarán a cabo en los hechos.
¿De qué le sirve a México el "fake show" al estilo lucha libre que actualmente tiene tan ocupados a nuestros políticos? Por mi parte, la idea de continuidad me revuelve el estómago y la actitud de AMLO me enferma. Pura decepción, pura sensación de impotencia. Y encima nos salen los científicos con lo de Plutón.
No se trata únicamente de que los niños tendrán que poner "una pelotita menos" en sus maquetas del sistema solar, como se ha comentado en los medios. El problema es que, encima del caos político de nuestro País, de las guerras y los abusos de poder en el mundo, la imagen que tenemos en la cabeza de nuestra ubicación en el universo se ha movido de pronto, dándonos un pequeño pero efectivo revolcón. ¿Para qué otra cosa sirve una maqueta, o un mapamundi, sino para que el niño entienda dónde está parado?
Los científicos intentaron aminorar el golpe diciendo que se trata de un planeta enano, argumento con el que no todos ellos están de acuerdo. Y para calmar la angustia de los amantes del orden universal (me incluyo), algunos comentaristas de la televisión salieron con la novedad de que un sol enano es de todos modos un sol y un enano no deja de ser una persona. Se ve que no tienen idea de lo que es políticamente correcto y lo que no.
Por su parte, a los apasionados y dinámicos terrícolas nacidos bajo el signo de Escorpión les sucedió lo que a muchos de los mexicanos que votaron por AMLO: se quedaron sin planeta regente.
En descargo de todo lo anterior, la tragedia griega nos muestra que las piezas caóticas del rompecabezas terminan siempre reacomodándose en un nuevo orden. ¿Y qué hace una cuando las piezas con que cuenta son indeseables todas, piezas de segunda? Supongo que reacomodarlas de todos modos. El cómo hacerlo es ya otra cosa, un caso para La Araña.
Por lo pronto, y en tanto el caos político se nos viene encima, me marcho a escribir mis órdenes y desórdenes imaginarios. Otros tendrán que marcharse a la escuela, a la fábrica o a la oficina. Mientras no terminemos de acabar con él, el mundo sigue rodando y no hay de otra.

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